Y cada tanto te escribo

"Somos casualidad, somos destino, somos eso que termina y vuelve a empezar, somos esa coma, ese paréntesis, esas comillas, ese punto y coma, ese punto seguido que nunca es un punto final, que nunca se cierra, que siempre está abierto para un abrazo más, para un beso más, para una putiada más, para una escena de celos más, para un consejo mas. Somos esos te quiero que no quieren salir, somos orgullo, somos mil palabras en una, siempre somos"
Me gusta escribirte, y en realidad odio escribirte, te escribo y sale lo mejor de mi, y detestó eso, detestó tener que admitirte y sentirte, y creó que por ahí va la cosa, somos tan iguales y tan distintos a la vez, somos eso que preferimos no admitir, porque sabemos perfectamente que antes "fuimos" eso que hoy no somos, fuimos y nos dimos todo, nos entregamos, nos arriesgamos, fuimos para adelante, pero si hoy me preguntas que nos paso? Te diría que mejor ni me preguntes, porque hay cosas que no tienen explicación y mucho menos te la puedo dar. Lo intentamos una vez, otra vez y nos convertimos en lo que somos, eso que no se admite, que no se dice pero que tampoco se cierra.