¿Cuando te falla
la memoria ¿Qué es lo que falla? ¿Por qué hay cosas que olvidamos y otros
recuerdos que nos persiguen sin descanso? ¿Uno se aferra a los recuerdos, o los
recuerdos se aferran a uno? Te atrapan y no te sueltan. ¿Qué quieren los
recuerdos? ¿Por qué insiste tanto la memoria? ¿La memoria es el pasado que
quiere seguir siendo presente? Todo lo que vivimos se muere, se ahoga en el
pasado. ¿La memoria es un manotazo de ahogado para que esas cosas no mueran? La
memoria tiene vida propia; no es uno, sino ella la que elige qué cosas deja
morir en el olvido y qué cosas mantener vivas. La memoria es como un
rompecabezas, que te rompe la cabeza. Son como fichas, piezas sueltas que uno
tiene que ir reacomodando. La memoria siempre está en movimiento. Tener
experiencia en realidad es tener buena memoria, es escuchar lo que nos susurran
los recuerdos. La memoria es una boxeadora que pelea contra el olvido: a veces
tira la toalla y a veces gana por knockout, pero siempre lucha. Una llave, eso
es lo que buscamos cuando buscamos en la memoria. Una llave que nos ayude a
salir del laberinto. Una llave que abra la puerta de nuestra propia identidad.
Porque sobre todo, la memoria… está viva. La memoria es incansable, persistente
y muy inquieta. Eso es lo peor, o lo mejor, de la memoria. No sólo es inquieta…
sino que te inquieta.
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