![[1224874948231_f.jpg]](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhAONhrBbT8kaBJ_p7LOpmwlJHL5UmQzV6qTHsgJ_zaZDSEVLpZbZhVEB6rZxQx8v3QoBCwOjz7XP2cJCXH9vp9ZcAlp5kgMcGJKcBwmWMKuokNmHk89vPJgnP1Vh0qTNid6g1SsW_1ms4/s320/1224874948231_f.jpg)
Todo esta en mi cabeza, dentro de mi cabeza.
Lo haría palabras, pero ni aunque éstas lloviesen desde cielo directo hacia mis hojas vírgenes, me serían de ayuda: princesas vestidas con palabras de color rosado; dragones dibujados con palabras de odio; castillos construidos con y sobre palabras desgarradoras, de esas que suenan muy fuerte aunque las digas en un susurro. ¿No son acaso todas las palabras existentes capaces de llevar a cabo esas acciones: inspirar miedo, desestabilizar el alma, hacernos volar, rompernos el corazón?
Todo está dentro, muy dentro. No puedo hacerlo cuento; es como si aquellos mundos debieran ser previamente pintadoscon algún color que todavía no ha sido inventado.
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